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Más Abrazos // Miércoles 20 Mayo, 2020 // #embarazo, #salud, #maternidad
Durante el embarazo, las varices en el embarazo son una preocupación común para muchas mujeres, ya que los cambios en el cuerpo, como el aumento de peso y la presión en las venas, pueden generar hinchazón y malestar.
A pesar de ser un problema frecuente, no es inevitable sufrir de estas venas dilatadas. Con cuidados adecuados, es posible prevenir y tratar las varices de manera efectiva.
En este artículo, exploraremos estrategias para evitar su aparición y las mejores formas de tratarlas, ayudándote a mantenerte saludable y cómoda durante esta etapa tan importante.
La aparición de varices durante el embarazo se debe a varios factores, siendo uno de los principales la presión adicional que el útero en crecimiento ejerce sobre las venas principales, especialmente las de las piernas.
Este aumento de presión dificulta el retorno de la sangre hacia el corazón, lo que provoca la dilatación y expansión de las venas superficiales. Además, durante el embarazo, los cambios hormonales también juegan un papel crucial.
La progesterona, una hormona que aumenta en esta etapa, hace que las paredes de las venas se relajen, lo que contribuye a la formación de varices en las embarazadas.
Otros factores que ayudan a entender por qué se producen las varices durante el embarazo es el aumento de peso, la retención de líquidos y la predisposición genética también.
Las varices en el embarazo son más comunes de lo que muchas mujeres imaginan. Sin embargo, también pueden aparecer en otras áreas, como los genitales o el recto, donde se desarrollan hemorroides.
A continuación, profundizamos en los síntomas y señales que podrían indicar la presencia de varices durante la gestación.
La hinchazón es uno de los primeros síntomas de las varices, especialmente al final del día, cuando la sangre tiende a acumularse en las extremidades inferiores debido a la gravedad. Suele ser más notoria en los tobillos y las pantorrillas, y puede mejorar al poner las piernas en alto durante el descanso.
Las mujeres embarazadas con varices en las piernas suelen experimentar una sensación de pesadez o dolor en las extremidades inferiores. Esto se debe a que las venas dilatadas dificultan el retorno sanguíneo, lo que provoca una acumulación de sangre en las venas superficiales, generando molestias y dolor.
Las varices en las embarazadas se caracterizan por la aparición de venas visibles, de color azul o morado, que sobresalen de la piel. Estas venas son el resultado de la dilatación de los vasos sanguíneos debido al aumento de volumen de sangre y la presión adicional del útero sobre las venas principales.
En algunos casos, las mujeres embarazadas pueden experimentar calambres nocturnos en las piernas, especialmente en los músculos de la pantorrilla. Este síntoma se asocia a menudo con una circulación deficiente, ya que las varices dificultan el flujo sanguíneo adecuado en las extremidades.
Aunque las varices en el embarazo no siempre pueden evitarse, existen varias maneras de reducir el riesgo de desarrollarlas o de que empeoren.
Con los siguientes consejos, podrás reducir el riesgo y aprender prácticas clave sobre cómo evitar las varices en las piernas durante el embarazo y reducir su aparición.
Existen diversas maneras de como tratar las varices en las piernas durante el embarazo. Es fundamental consultar a un médico antes de iniciar cualquier tratamiento, ya que algunos remedios pueden no ser seguros durante la gestación.
A continuación, se detallan algunas opciones comunes para el tratamiento de las varices en embarazadas:
Ejercicios como caminar ayuda a mejorar la circulación sanguínea, reducir la hinchazón y alivia la pesadez en las piernas al mejorar el retorno venoso. El ejercicio moderado también contribuye a mantener un peso saludable, lo que puede reducir la presión sobre las venas y prevenir las varices.
Existen cremas y geles específicos que pueden aliviar el dolor y la incomodidad causada por las varices en el embarazo. Sin embargo, es importante que estos tratamientos sean recomendados por un médico para asegurarse de que sean seguros durante la gestación.
En casos más graves de varices en embarazadas, cuando las venas se vuelven dolorosas, el médico puede recomendar tratamientos. Esto se debe a que algún procedimiento ponga en riesgo tu gestación. Sin embargo, en situaciones extremas, los médicos podrían considerar otras opciones.
En la mayoría de los casos, las varices en el embarazo son una molestia temporal que se resuelve después del parto.
No obstante, hay situaciones en las que podrían indicar complicaciones que requieren atención médica inmediata. Si bien existen diferentes tipos de varices en el embarazo, algunas señales específicas pueden alertarte de la necesidad de buscar ayuda profesional.
Si sientes un dolor extremo o notas que las venas se inflaman de forma inesperada, es importante que lo consultes con tu médico. Aunque las varices en las piernas son comunes durante la gestación, un aumento del dolor o la hinchazón podría ser un indicio de una complicación, como una trombosis.
Si las venas varicosas se tornan más visibles o muestran signos de sangrado, este podría ser un síntoma de que algo no está funcionando bien. Los cambios en el color, como un tono más oscuro en las venas, son un indicio de que las varices en embarazadas necesitan ser evaluadas por un profesional de la salud.
Las varices en el embarazo pueden hacer que las mujeres tengan un mayor riesgo de desarrollar trombosis venosa. Si experimentas dolor agudo, calor o enrojecimiento en una pierna, es crucial que acudas al médico. Estos síntomas pueden ser señales de un coágulo, lo cual requiere tratamiento inmediato.
Es crucial entender por qué se producen las varices durante el embarazo, ya que los cambios hormonales y la presión del útero sobre las venas juegan un papel fundamental en su aparición.
Afortunadamente, existen técnicas para tratar las varices en las piernas de manera efectiva. Desde el uso de medias de compresión hasta la aplicación de cremas recomendadas por profesionales. Sin embargo, siempre es importante consultar a un médico antes de iniciar cualquier tratamiento.
Además, realizar algunas actividades para evitar las varices en las piernas durante el embarazo es clave, las cuales pueden ser mantener una buena circulación, levantar las piernas y evitar el calor extremo son algunas de las prácticas que pueden ayudar a reducir el riesgo.
Debes saber que hay varios tipos de varices en el embarazo y que pueden variar en su presentación, pero siempre es mejor prevenirlas o tratarlas de manera adecuada para garantizar tu bienestar y el de tu bebé.
Las varices suelen mejorar después del parto, a medida que la presión sobre las venas disminuye. En la mayoría de los casos, las venas dilatadas se reducen en los primeros meses, pero pueden persistir en algunas mujeres, especialmente si había una predisposición genética.
Generalmente, se puede tener un parto normal si tienes varices, siempre que no haya complicaciones graves. Sin embargo, es importante discutirlo con tu médico, quien evaluará la ubicación y gravedad de las varices, así como el riesgo de complicaciones durante el parto.
Las varices pueden aumentar el riesgo de trombosis, ya que la circulación sanguínea se ve afectada. En casos graves, esto puede dar lugar a coágulos de sangre. Es esencial monitorizar las varices y consultar a un médico si se experimentan síntomas como dolor o inflamación intensos.
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